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La tempestad tiene pájaros de sal en cada esquina,
furibundas muecas que los antiguos dejaron en fuego,
llagas de hambre, besos muertos, hambre de llagas.

Una implacable catarata de pieles nos rueda las partes,
nos querencia cada sol, cada inmensa patraña de mares:
no hubo placeres en el roto pasado de quienes dejé de ser.

Habrá entonces un hombre nuevo diciendo a los pequeños:
"Lo que viene será vuestra marcantigua. Perdón por eso".


Si te cansa leer, escuchalo...


...

2 vaivenes:

Ariel dijo...

Orson... Orson... El mismo amigo de Francis Estrada, no? Si es así, un abrazo. Si no, también.

Orson Díaz dijo...

Ariel querido! Tantos años! Sí, soy yo. Te mando un abrazo, ya me meto en tus blogs.