El cruce


Cañuelas, 1999

Parecían brasas tus penas, llegando.
Abrazando cada espacio, cada inútil espacio.

La voz que parte el miedo,
el horizonte desatado y pleno.

Somos la estepa y el río,
lobos que cazan colores,
madeja de sueños,
galaxia finita,
puño quebrado.

Al final siempre hay un puente.

1 vaivenes:

Anónimo dijo...

Tienes razón, gracias por ser el puente, por ser el abrazo y el lugar donde me fue posible volver a encontrárme.

Gracias, infinitamente gracias!!!

TE AMO!!!

TAOS