GLOBOS, por Oscar Marful

No hay gente festejando en las calles. Qué raro…
Sólo globos cumpliendo con su hueco cometido.
No hay entraña, no hay argumento, no hay fondo, no hay asunto.
Sólo globos llenos de nada.
Ni hablar de cultura.
Sólo el rodriguezlarreta, ése, y su pornográfica sonrisa.
Ni hablar de arte.
Sólo el midachi.
Se abrazan y se ríen. Y se desploman los techos de las escuelas.
Son hombres de negocios: los delata esa miradita de treinta por ciento.
No dan asco; dan escalofrío.
Dicen poco y nada, pero nadie espera otra cosa de ellos.
Ni siquiera los que los llevaron al escenario de la gloria.
Ciudad de rotos corazones. Que se cuiden los negros.
Que tiemble la educación. Que dios te libre de caer en el pirovano.
Poné el culo a buen recaudo y que la santísima bicisenda te proteja.
Mientras tanto, en costa salguero, ellos se hacen los gandhis.
Y bailan los globos libres de pensamiento alguno.

Por Oscar Marful