Sense

y a la risa feroz que tu boca entregaba
volveré
esta vez sin espinas
a arroparme los miedos desnudo
y aterrado
a robarte la fe a lamer la saliva
que detiene las noches
...

un árbol de fugas
una corchea de noches, de pieles
doce mil adioses viejos

hay una palabra gimiendo en la luna
un violento desliz de caricias
ocho mil retornos vanos

mañana tuve temores distintos a los que tendré ayer

cuando me vi viéndote brotar de la tarde como un aullido
...

Y no fue

Tengo para vos esta piel que de curtida está nuevita,
una canción de acorde y desacuerdo
y mi noche de almas y deseos.

Tengo este infierno de paz, este silencio que no calla,
la loca caricia que mis miedos te regalan
y el candor de esta impureza que no mancha.

Te guardo, además, este rincón de voces
que susurran un chamuyo hecho de cuerpos,
este beso de tangos y de Johnson que nos une;
y la magna suerte de sabernos.

Yo te creo un alba que no brota de penumbras,
el incierto escándalo del sexo,
el tremendo final tuyo que se sigue repitiendo
y que te duerme entera;
y una certeza de dudas construida, de dudas firmes,
de dudas que de ciertas son cimiento y claridad.

...

Fue

fueron los afuerados, los mordientes,
los navegarnacidos, los frustrantes

nos dejaron la fe de a fetas,
la angustia viva
y el honor partido
...

Letttrra

una marca un cincel y una mano que marca
una llaga un cordel y unas manos que amarran

cada palabra se mira se toca se mancha
la palabra ansía ser letra
...

PP

Así se viene y golpea, taladra,
atolondrado el pánico me busca
y me encuentra y me arropa
y aniquila la inútil audacia,
la insólita mirada del que nunca fui.

Seré la sal del mar que muere,
el otoño radiante de la noche,
la parca parca, la piedra.
...

Pared

una chica (ella) la cuerpo fiera
la no blonda la feroz incauta
la cautiva que da su piel no su fe
no su camino de sueños su desdén

tuve su tercera sangre entre mis rostros
su variable encanto su-misa de cuerpos
su increíble final de ardores y espirales

mi lengua no sabe parirla
...

Vino tinto

Masacrarte la palabra
mientras nada en tu boca
cuando aún nonata se entretiene
en la saliva literal de tu mueca que es río.

Un voluminoso ritual de pesares viejos
será la orilla y la ola, el mar de vientres.

No magias ni vendettas
para un rostro que se va
sangrando letras.
...

Dos


Iracunda y vieja compasión de río abierto,
cada mirada será la sangre que fuimos después,
la hirviente pulsión de los amantes rotos,
cayendo entre los otros para armar su vena,
su vena paria y andrajosa que vuelve a ser aorta,
lista y feliz y rosa de pudores hasta que otra vez,
hasta que otra vez la noche es el hastío sin flor,
y se esconde de sí, de las otras venas sanas,
del fúnebre cortejo de ojos y de asfaltos, de horas
que al gruñir atraen y espantan y vuelven a reír,
a volver llorante al que batía muelas, al que no
podía ni soñaba ni creía que el corcel sería para él,
para su brillante tierra de pieles, para sus almas
putas, para sus almas muras, para su renovado
comienzo de crepúsculos, para su irresistible
canción de pares. 

GLOBOS, por Oscar Marful

No hay gente festejando en las calles. Qué raro…
Sólo globos cumpliendo con su hueco cometido.
No hay entraña, no hay argumento, no hay fondo, no hay asunto.
Sólo globos llenos de nada.
Ni hablar de cultura.
Sólo el rodriguezlarreta, ése, y su pornográfica sonrisa.
Ni hablar de arte.
Sólo el midachi.
Se abrazan y se ríen. Y se desploman los techos de las escuelas.
Son hombres de negocios: los delata esa miradita de treinta por ciento.
No dan asco; dan escalofrío.
Dicen poco y nada, pero nadie espera otra cosa de ellos.
Ni siquiera los que los llevaron al escenario de la gloria.
Ciudad de rotos corazones. Que se cuiden los negros.
Que tiemble la educación. Que dios te libre de caer en el pirovano.
Poné el culo a buen recaudo y que la santísima bicisenda te proteja.
Mientras tanto, en costa salguero, ellos se hacen los gandhis.
Y bailan los globos libres de pensamiento alguno.

Por Oscar Marful