Nauta

y yo que te hablaba del nudo macabro que fui
de la marca sutil de no dios que me clavaste

tan a salvo y bien lamido me gustaba estarte
que resignado a la calumnia insomne de tu sexo
tuve que asolearme las vergüenzas toda noche
toda sangre todo pudor de sangres y pudores

tiene la miel su parte de amarguras, su sal,
su gris cementerio de orgasmos y escupidas,
su talante incesante de procaces vaivenes,
y su implacable pulsión de duelo eterno
...