JLB

Y así, rendido ante la inmunda hermosura de tu letra,
iré siempre siendo palabra muerta recóndita invisible,
sólo un grito yerto, una mueca infeliz, un salmo paria.

Hablo de tiempo, de vano recorrido, de injusta patria,
y sumo y resumo todo verso, toda sumisa metáfora,
toda tosca construcción grotesca, todo sol que aluna.

Me rindo de rendires huecos, de insulsa oración finita,
me guardo la canción, la fiel patraña, el brusco intento,
la rota poesía que inscribe el iluso sonar de mi palabra.
...

2 vaivenes:

Eduardo Betas dijo...

Esto te lo digo acá que estamos así como más íntimos: te estás trepando a tu propia letra, chabón. ¿Qué se ve de ahí arriba? Yo no soy crítico (ni lo quiero ser) pero me encanta cómo estás tallando las formas de los últimos poemas. Este último, el mejor de todos. Una de dos: o sos la excepción que confirma la regla o me derribaste un gran prejuicio :-)

Orson Díaz dijo...

Gracias! Pero... cuál es el gran prejuicio?