Es tu grama de pieles, corazón, la que me mata. Esa reja de vientos me vuelve patagonia, y magia. La curva que de atrás me toreaba sescurre, se fuga. No dejaste ni reflejos, ni el vinito de almas, ni fe.
Cómo puedo partir con vos partida? Cómo puedo partir con voz partida?
La mayoría de los textos que siguen son, en cierto modo, exorcismos por ardid. Su razón de ser: mantener en jaque a los poderes circundantes del mundo hostil.
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